dimecres, 7 de novembre del 2012

Algo para recordar



     Era el frío intenso y la oscuridad en las calles vacías. Eran aquellas tardes de luz plomiza y turrones en las que el tiempo parecía demorarse de puro aburrimiento. Eran aquellas mañanas soleadas que resultaban una broma, una luminosa extravagancia en mitad del invierno. Nada parecía tener sentido durante unos días en aquella especie de paréntesis en que todo o casi todo se trastocaba. Puedo recorrer sin demasiados titubeos los pasillos de la memoria de esos años y no pienses que lo hago por masoquismo nostálgico o por alguna pequeña mala conciencia patológica. Lo hago simplemente porque para mí es un disfrute y eso de por sí no tiene precio. Ya ves, todo está ahí, en esas estanterías desordenadas y algo polvorientas en que se amontonan tus recuerdos y los míos. No necesitas un click para recordar como si fuera ayer el año de la nevada y la sensación de pisar la nieve por primera vez. O el sabor de la nata azucarada que tanto nos gustaba y que mamá nos traía cuando tenía cuatro duros. ¿Sabes que guardo en la punta de los dedos el tacto satinado de las portadas en cartoné de las aventuras de Astérix y Obelix? Y cómo echo de menos aquellas escapadas con papá a la Gran Vía o a la Avda. Mistral inundadas de luces y juguetes. O la excitación de saber que esa tarde veríamos en la tele "Navidades en Julio", unos dibujos animados de Carlitos y Snoopy o las "Comedy Capers" de la Keystone. Me estremezco al evocar el trajín que se montaba en casa cuando la tía María decidía hacer roscos. O las visitas al tío Miguel, ¿recuerdas? Y tantas otras cosas. Aquel aroma, aquella calidez, todo eso era la Navidad que yo recuerdo. Estoy seguro que piensas que mitifico todo aquello y que soy un sentimental irrecuperable. No te digo que no. Pero de algo estoy absolutamente convencido. Y es de que en esos años, sin saberlo, fuimos muy felices.
     Verás, este año me he propuesto que mis Navidades sean tan inolvidables como lo fueron hace... ¿Cuántos años hace que no disfrutas realmente de la Navidad? Yo lo necesito, casi casi como el que necesita ser feliz. O sea, que si se te ocurre alguna buena idea para recuperar siquiera una pequeñísima parte de la magia de aquellos días, ya sabes. Y si lo consideras un ejercicio estéril de onanismo nostálgico... pues eso.

     No sé si sabes que desde hace un par de días en las calles de Londres ya brilla el alumbrado navideño. Los ingleses, que son muy suyos, se toman estas cosas muy en serio y lo preparan con antelación, con mucha antelación. De hecho, en cierta forma, para mucha gente ya es Navidad. Yo, por si acaso, ya he tomado nota. 
     See you.


1 comentari:

  1. Si me lo permites yo esperaré a que llegue el invierno para celebrar la Navidad, que me encanta pero en su dosis justas.

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